martes, 11 de abril de 2017

¿Has sido víctima de un vidente o brujo? Envíanos tu testimonio

Recientemente, en la ciudad de Zamora (España) se anunció una curiosa conferencia. Llevaría por título, según informaba un medio digital local que dio cobertura a su protagonista, la vidente autodenominada Therasia, “La evidencia de la videncia”. En los carteles se leía: “Descubre el misterio que encierra la videncia... ¿Realmente hay tantos videntes? ¿Es cierto... todo lo que se cuenta? ¿Te atreverías a viajar al más allá?”.

Como el lugar previsto de celebración era la Alhóndiga, centro cultural de titularidad municipal, Luis Santamaría, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), se dirigió al Ayuntamiento de Zamora planteándoles la inconveniencia de amparar una actividad así en un espacio público, algo de lo que se hicieron eco algunos medios locales. Porque la vidente cuenta con consulta privada y líneas de tarificación especial (costosa) para el ejercicio de la videncia.

El Ayuntamiento de Zamora decidió, finalmente, suspender la actividad en el espacio municipal, y la conferencia terminó celebrándose en el Hotel NH de la ciudad. La vidente aprovechó para cargar contra Luis Santamaría y aludir a la Edad Media, la caza de brujas y diversos términos semejantes.

La ausencia de prevención

Algunas personas se han dirigido a la RIES y al propio Santamaría para agradecer “que se suspenda este despropósito”. Otros han señalado que se ha hecho una publicidad gratuita a la vidente, “más de la que merece”. El sacerdote explica, sin embargo, que “si bien es cierto que, gracias a la diligencia del Ayuntamiento, se ha evitado la realización de esta conferencia de difusión de un engaño en un espacio público, la actividad tuvo lugar igualmente”, y “el problema es que la vidente se ha presentado como una víctima de la intolerancia, cuando lo que nos propusimos fue informar y prevenir a la población”.

Porque “la videncia, la astrología y cualquier tipo de adivinación supone un negocio multimillonario en España, un negocio que juega con las debilidades y vulnerabilidades de las personas”. De hecho, la misma vidente Therasia afirmaba en la entrevista que concedió a un medio local zamorano que acuden a ella “sobre todo las personas que se sienten perdidas en su vida y no saben qué decisión tomar, cuál es la solución; para ello, su necesidad más imperiosa es confiar en un vidente”.

Los medios de comunicación informan con frecuencia de las estafas realizadas por distintos videntes, adivinos, brujos, chamanes... que se aprovechan de sus “clientes” (víctimas) y de sus situaciones complicadas “para efectuar lo que supone una estafa integral, ya que no sólo se quedan con su dinero, sino que tenemos que contar con las consecuencias sociales, familiares, psicológicas y espirituales”, explica Luis Santamaría.

Una llamada a las víctimas

Por eso, desde la secretaría española de la RIES se hace una llamada a las personas y familias que hayan sido víctimas de videntes, adivinos, brujos, chamanes, curanderos... para que envíen su testimonio, para lograr así una recopilación de estos casos y que puedan servir para elaborar materiales informativos y preventivos para la población en general.

Porque, como señala Santamaría, “en otros países se han publicado libros que alertan sobre este tema, mostrando los testimonios de víctimas de los fraudes esotéricos y paranormales. El sufrimiento es grande y muchas veces incomprendido, a lo que se añade la vergüenza de dar a conocer este tipo de estafas. Sería bueno que en España y en el mundo hispanohablante pudiéramos contar con este tipo de materiales”.

Un ejemplo es el de Francesco Bamonte, que publicó en Italia en el año 2000 el libro Cosa fare con questi maghi? Come liberarsi dalla superstizione e difendersi dai truffatori (Áncora Editrice). Una obra que fue traducida al portugués en 2012 con el título Bruxos, adivinhos, quiromantes, cartomantes.

Las personas que quieran aportar sus experiencias y testimonios pueden dirigirse a esta dirección de correo electrónico: ries.secr@gmail.com .

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