viernes, 8 de mayo de 2009

La Justicia argentina pide detener al Maestro Amor, líder de una secta, por presunto abuso sexual


El periodista cordobés Sergio Carreras realizó una completa investigación sobre la secta del Maestro Amor, que fue publicada por La Voz del Interior. En la misma destacaba que “pese a los dos años transcurridos desde su separación total del Maestro Amor, los ex devotos marplatenses todavía no se animan a mostrarse en fotos, piden reserva de sus nombres y son extremadamente cautelosos a la hora de hablar sobre lo sucedido. Les duele recordar lo que vivieron junto a alguien a quien consideraron una encarnación de la divinidad y los terminó desilusionando”.

El desenlace de esta historia comenzó el 31 de mayo de 2003, en el camping Sierra de los Padres, a unos 15 minutos del centro de Mar del Plata, cuando unos 200 discípulos se llegaron a adorar los pies del Maestro Amor, en una colorida ceremonia que por primera vez se realizaba fuera de la India. Luego de visitarlo en su ashram, el predio sagrado de Catamarca, los marplatenses, estudiosos de las escrituras hindúes, decidieron ayudar a educar espiritualmente al Maestro Amor, a quien vieron como un ser divino vestido con un cuerpo humano que todavía no había concluido con su formación intelectual y emocional. Entonces crearon la Casa Maestro Amor en la ciudad atlántica y para recibirlo prepararon el Baño Ceremonial de los Pies de la Divinidad, una celebración única que serviría para terminar de “abrirle la conciencia” al maestro.

La noche del evento, los devotos marplatenses, luego de poner “los divinos pies de loto” del riojano dentro de una vasija ceremonial, los rodearon de flores y procedieron a bañarlos consecutivamente con leche, miel, yogur y otros elementos naturales considerados sagrados, que vertían con una caracola gigante. Lo abanicaron, lo rodearon con plumas de pavo real y adornos florales, le ofrendaron bandejas con frutos, vestimentas y comida sagrada que habían elaborado, lo cercaron con fuego y le cantaron como a un dios. Para todos ellos, adorar los pies del Maestro Amor era la máxima bendición a que un devoto podía aspirar.

En esa misma ceremonia, le regalaron tres arcos sagrados y flechas, que luego le enseñaron a usar. Durante el extenso baño de los pies lo vieron algo incómodo, como que fue demasiado aún para un temperamento como el del riojano. “Pero pensamos que se debía a que, como era un ser divino, había absorbido mucho karma negativo de nosotros”, recuerda una de sus devotas. Fueron los marplatenses quienes bautizaron a Ocampo con el nombre oriental que sigue usando hasta hoy: Ananda Baba Paramishvara Avatar. Ellos lo iniciaron en los conocimientos védicos y fortalecieron el estilo Sai Baba que exhibe el riojano. Se convirtieron en sus maestros.

Descargar la energía

Cuando terminó la ceremonia del baño de los pies, el riojano se dirigió a la casa oficial de sus devotos junto a tres hombres. En su honor, los mosaicos de la casa que él pisaría al entrar habían sido decorados con pinturas religiosas que aludían a cada una de las provincias donde cuenta con seguidores. Una vez ahí, eligió a uno de ellos, marplatense, y delante de los demás, habría procedido a tocarle los genitales como parte de un ritual para descargarle sus chakras, los centros energéticos que según las creencias tradicionales del yoga existen en el cuerpo humano, muy al estilo de lo que hacía el cómico Alberto Olmedo en su recordado papel de manosanta.

Esa noche, el Maestro Amor durmió en la misma habitación con el devoto, quien contó lo ocurrido a algunos integrantes del grupo de seguidores. “Si bien nos llamó la atención, recordamos que se cuenta que Sai Baba suele hacer lo mismo, como parte de su manejo de energía”, cuenta una de las mujeres que se enteró del episodio. “A otros devotos, nos enteramos después, el Maestro Amor les hizo lo mismo. A uno le dijo que le había curado un cáncer de testículos gracias a las caricias”.

Al poco tiempo, pese a lo sucedido, el mismo devoto decidió irse a instalar a Catamarca junto al Maestro Amor. Llevó sus libros, su computadora, sus herramientas, pensando que era un escalón más en su búsqueda espiritual. Es un hombre de más de 40 años, con tres hijos y décadas de formación religiosa. Primero estuvo viviendo junto a otros devotos del Maestro Amor en una casa de la ciudad de Catamarca llamada Hakuna Matata (frase popularizada por la película infantil El rey león, que significa “no hay problemas”), donde se dedicaban a fabricar sahumerios y milanesas de soja que luego se vendían para obtener fondos. Luego de tres semanas, el Maestro Amor lo invitó a dormir en su habitación, costumbre que llevaba a la práctica también con otros de sus discípulos. Según el relato del marplatense, y de personas muy allegadas a él que hablaron con este diario, el Maestro Amor lo hizo desnudar, luego hizo lo mismo él y lo comenzó a tocar. Pero se resistió, provocando el enojo y las agresiones del gurú. El episodio duró cuatro horas.

El devoto debió pedir ayuda a sus familiares de Mar del Plata para poder regresar, porque el dinero que tenía desapareció. Durante una semana durmió en las escaleras de la Catedral de Catamarca para evitar otra noche como aquella. Además, el Maestro Amor le dijo que lo enviaría a vivir a las montañas, como un asceta. Al volver a Mar del Plata escribió un e-mail en el que contó al resto del grupo, con precisos detalles, lo que le sucedió. “Cuidado amigos, es un impostor que cuando puede ejecuta sus torcidos bajos deseos con inocentes víctimas que lo creen Dios”. El mail circuló durante meses entre los seguidores del Maestro Amor de todo el país.

Los devotos de Mar del Plata realizaron una presentación judicial para protegerse de cualquier vinculación perjudicial con Ocampo. Rompieron con el Maestro Amor y luego emitieron un extenso comunicado en el que lo acusaron de dirigir una secta y de sodomizar a sus devotos varones como una prueba de fidelidad hacia él. “El fundamento de esta secta –denunciaron– es la sodomización como una unión con Dios. El Maestro da iluminación espiritual a través de la cópula con sus elegidos, que son siempre hombres”.

Algo para olvidar

Seguidores del Maestro Amor de Córdoba, Catamarca y Buenos Aires que fueron consultados por La Voz del Interior cuando, semanas atrás, se publicó la denuncia de una ex devota cordobesa que acusó a Ocampo de quitarle a su novio, dijeron en su momento que jamás escucharon hablar de un caso de agresión sexual así. Pero, en su viaje a Mar del Plata, este diario tuvo en sus manos innumerables fotografías en las que esas personas aparecen posando junto al devoto marplatense. No pueden decir que el denunciante no existe. Todos lo conocieron y se relacionaron con él. También recibieron e-mails con la denuncia, como lo prueba la lista de direcciones a que fue enviada. Pero todos ellos, aparentemente, prefirieron la comodidad del olvido.

“Mi hijo la pasó muy mal, nos decía que se iba a volver. Nosotros estábamos por vender nuestra casa en Mar del Plata para irnos a vivir a Catamarca con el Maestro Amor”, nos relata la madre del ex seguidor. “Fuimos unos tontos. Tarde nos dimos cuenta de que todos ya sabían de esta práctica del Maestro pero no decían nada”, rememora una ex devota marplatense que abrió su casa al riojano. Las llamadas y los e-mails enviados a los colaboradores del Maestro Amor para que dé su versión sobre el tema no fueron respondidos.

Captación de la secta

A partir de la denuncia sobre lo sucedido en Mar del Plata, se conocieron otras situaciones con algunas características similares ocurridas con un seguidor de Misiones, y con un matrimonio de Capital Federal, todos devotos originales de Sai Baba y luego atraídos por el Maestro Amor, quienes habrían preferido callar y no hacer público incidente alguno.

“Nos enteramos de que, antes de ser el Maestro Amor, se dedicaba a tirar las cartas en La Rioja y usaba crucifijos católicos”, recuerda una compañera del devoto que denunció la agresión. El mismo Maestro Amor le regaló al seguidor marplatense una fotografía en la que se lo ve con 15 años, flaco, en su casa riojana, cuando todavía no soñaba con ser el Maestro Amor ni había recibido la formación que le permitiría ser Ananda Baba, el Sai Baba argentino. En otras fotos, Ocampo aparece despojado de su clásica túnica, y se lo ve menos hindú, con frac, en la fiesta del cumpleaños de su madre, o con campera y esquíes turísticos, en un viaje al Cerro Catedral.

“Cuando lo fui a ver a Catamarca me hizo aparecer un regalo, él impresiona a la gente diciendo que materializa cosas. Cuando lo vi con atención, decía ‘Made in China’. Se lo devolví y le dije que yo no necesitaba trucos para saber que él era Dios, estaba convencida de su divinidad”, relata otra seguidora marplatense defraudada. “Ahora, para mí, al Maestro Amor se le cayó la máscara y es sólo Ocampo, con la carga de ser todo el tiempo él”. Menuda tarea para el Maestro Amor. Ser Dios ya debe ser complicado. Ser Dios y encima estar atado a un cuerpo de hombre, no es trabajo para cualquiera.

La historia secreta del Maestro Amor en La Rioja

“Ananda Baba”, “Maestro Amor” o Ricardo Javier Ocampo nació y creció en La Rioja (Argentina). Luego de 35 años de vida y un largo reinado de silencio sobre sus abusos sexuales. La verdad comienza a salir a la luz. La denuncia realizada por un joven cordobés, por abusos sexuales reiterados en contra de Ocampo. Y la intensa búsqueda que realiza la Justicia del hoy prófugo. Motivó que otras víctimas de este hombre que se decía Dios, busquen hacer conocer sus historias. “Para que la Justicia caiga con todo su peso sobre este violador y abusador de menores” dijo en Radio Fénix un muchacho riojano abusado por Ocampo hace diez años. Una historia estremecedora de manipulación y perversión.

Juan tiene hoy 26 años. Pero todo su relato se remite a sus dieciséis años. Cuando la enfermedad de su madre llevó a su familia a acudir a quien supo ser conocido en La Rioja como “El niño sanador”. “Yo lo conocí a partir de una enfermedad de mi madre. Ya en esa época se hacía llamar Ananda Baba. Llegamos a él para curar a mi madre, pero no fue así. Nunca se curó” comenzó relatando Juan.

En ese tiempo Ocampo vivía por el Yacampis. “Ya tenía sus seguidores, a los que él consideraba sus discípulos. Es decir, eramos nosotros. Dentro de sus discípulos tenía sus preferidos, con quien era más allegado”. Poco tiempo después Juan supo lo que significaba formar parte de ese grupo íntimo de “elegidos por Dios”. Porque así se presentaba Ocampo ante el grupo de menores de edad del que formaba parte Juan.

Cuando Ocampo se mudo al barrio Mataderos, en cercanías de la comisaría del lugar, la cantidad de sus seguidores creció en forma inusitada. “Tuvo gente poderosa y de canal nueve que lo seguía. Por respeto no voy a dar los nombres. Pero también tenía seguidores en diario El independiente. Hace diez años, tenía muchos contactos en los medios”. Ocampo mantenía con ellos una relación especial. “Jamás pedía plata o cobraba por sus sanaciones o trabajos. Todo era por donación de los seguidores” cuenta Juan.

Quien no duda en admitir que se sentía maravillado por el poder mental y la inteligencia de Ocampo, quien lograba envolver con su discurso a sus víctimas. Por ese tiempo, cuenta Juan, “Ocampo nos decía que quería construir una Ciudad de La Felicidad, en cercanías del acceso sur a la ciudad. Incluso tuvo un predio allí, que alguien le dio. Pero luego fue echado del lugar y nunca supe muy bien por qué. Nosotros no lo cuestionábamos. Todos éramos familias comunes y corrientes que creíamos realmente que él era un Dios”.

Esta experiencia marcó la vida de Juan de manera indeleble. “Tengo recuerdos traumáticos, de esa época. Aún hoy, de adulto, intento superarlos”. Los ojos de Juan comienzan a llenarse de lágrimas. Sus palabras se entrecortan al recordar, pero desde algún lugar de su corazón saca fuerzas para continuar y abrir honestamente las motivaciones que lo llevan a hablar. “Vi cosas muy duras de contar. Pero tengo que hacerlo. Por el bien de mucha gente. Y le pido a los ex seguidores de Chamical, a esta chica que se animen a hablar. Yo tengo miedo porque Ocampo supo llegar a gente muy poderosa. Pero hay que hablar, y si, tendríamos que denunciarlo en la justicia. Todos.

“Quiero invitar a otros testigos a hablar, para que todo el peso de la justicia caiga sobre él y pague todo lo que nos hizo pasar. Ocampo es un violador y un abusador de menores” remarcó Juan. Si hoy Juan tuviera frente a frente a Ocampo. No lo duda. “yo no le diría nada. Siempre tuve la misma fantasía. Yo lo mato, y con esto no quiero fomentar la violencia. Pero si le hace algo así a mis sobrinas, o a cualquier menor de edad, yo lo mato”.

“Él tenía el mismo modus operandi con todos. Captaba los chicos tomando confianza, con amor, espiritualidad y paz y los chicos se confundían y se entregaban fácilmente a actos sexuales. Porque nos decía que entregándonos a él no había fracaso, siempre había futuro”. Por esa época, Ocampo enseñaba yoga y kung fú en la Rioja. Así llegaba a los menores. Juan formó parte de este grupo de menores que Ocampo llegó a considerar “sus discípulos elegidos”.

“Hubo una chica de quince años que tenía un bebé” recuerda Juan. “Era su preferida, y él (Ocampo) quería que se quedara con él, que viviera con él. Y ella se fue a vivir con él. Él te envolvía. Tiempo después ella desapareció y ya no volvía a saber de esa chica. En la Casa éramos muchos, y él tenía sus preferencias, yo las veía. Yo en ese momento, tenía dieciséis años”. Han pasado diez años y recién Juan toma el coraje para volver a hablar de aquellos hechos. “Ni siquiera mis padres saben que hoy estoy aquí. Tampoco saben nada de lo que viví. Ahora se están enterando por esto que estoy diciendo”.

“En mi casa, yo he visto a una chica mantener relaciones sexuales con él, y sí, ella lo masturbaba. Porque nos decía que de esa manera él (Ocampo) le transmitía a ella su fuerza espiritual. Éramos todos menores, no había mayores allí. Nos enseñaba yoga y kung fu y en estas “secciones” ponía música y subía el volumen para que nadie escuchara”.

“Nos decía que no teníamos que tener miedo, porque era algo bueno y algo sano, pero no había que contarlo a nuestros padres. Éramos tres chicos más los que estábamos. Nos decía: No les digas nada a tus padres, porque ellos no comprenden lo que es el amor divino. Esto no es para el común de la gente. Ellos no entienden este verdadero amor. Con chicas y chicos era el mismo modus operandi”.

“Yo estaba muy asustado en esos años. El quiso abusar de mí. Me decía que usaba su poder divino en mí. Me decía que lo haga como lo hacía esta chica de la que no voy a dar el nombre, pero que pido que hable. Y le decía a ella: mostrale cómo se hace. Nos decía que si no accedíamos, nos iba a quitar su poder y que íbamos a pasar tiempos de malaria”. “Yo tengo pruebas y fotos con él. Incluso muchos datos, para que mi testimonio sea creíble ante la Justicia” concluyó Juan.

Los seguidores y su madre aseguran que es inocente

La encargada de prensa de la comunidad de Ricardo Ocampo, "Maestro Amor", Romina Carulo, dialogó en forma exclusiva con Radio Unión y señaló que sus seguidores están seguros de la inocencia de su líder espiritual. En este sentido explicó: "el maestro no está prófugo, se encuentra en contacto con sus abogados para presentarse en la justicia". También comentó que algunos de los integrantes de Meditazen mantienen contacto con Ocampo. "Somos una gran familia, conocemos todos los movimientos del Maestro" afirmó.

Asimismo, expresó: "no somos extraterrestres, somos personas". Además comentó en la residencia junto con el "Maestro Amor" conviven 20 personas, y que en Meditazen viven 80 personas de distintos lugares del mundo, como Paraguay y Alemania.

“Estoy enferma y no he querido escuchar nada sobre mi hijo. Las denuncias son un invento”, así, con estas palabras, comenzó la breve entrevista que El Independiente mantuvo con Magdalena de Ocampo, madre de Ricardo Javier Ocampo, reconocido en La Rioja, Catamarca y otras provincias como el “Maestro Amor”.

Ocampo y su madre Magdalena vivieron muchos años en el departamento Capital. Cuando el “Maestro Amor” decidió radicarse en Catamarca, Magdalena Ocampo optó por quedarse en La Rioja pero en varias oportunidades ha viajado a la vecina provincia para estar con su hijo. En su vivienda del barrio Yacampis, Magdalena no quiso hablar demasiado y se mostró reservada al momento de brindar una opinión. De forma amable, la mujer aceptó dialogar con El Independiente y en cada comentario que hacía siempre defendió a su hijo. “Las denuncias son un invento. Yo sé quién es mi hijo”, expresó sin dudar Magdalena. La mujer anticipó que una vez que su salud esté mejor viajará a Catamarca para saber más sobre el caso.

Magdalena Ocampo se enteró el martes último que su hijo iba a ser detenido por una denuncia que lo sindica como presunto autor de abusos sexuales en contra de un adolescente. Desde ese día, e inclusive ayer también, la mujer optó por no estar pendiente de la información que brindaron los distintos medios radiales, digitales y televisivos con relación al caso. “Mi hijo siempre estuvo para la gente. No tengo nada de qué defenderlo. Yo sé quién es. Estoy delicada de salud pero cuando me recupere viajaré a Catamarca”, afirmó la mujer con lágrimas en sus ojos. Algunos de sus vecinos le comentaron lo que se decía por las radios de la capital pero Magdalena confía en la inocencia del “Maestro Amor”.

Piden su captura internacional

Según informa NOA Press, el fiscal de instrucción Miguel Andrés Mauvecín solicitó la captura nacional e internacional de Ricardo Javier Ocampo, conocido como el "Maestro Amor", quien está acusado de cinco hechos de abuso sexual en perjuicio de un adolescente. La medida se dispuso luego de realizarse varios allanamientos en Catamarca y en Córdoba, en los que no pudo darse con el acusado. Mauvecín libró un oficio a la Jefatura General de Policía y también a la Policía Federal para que ésta última, a través de Interpol, intensifique los controles en aeropuertos y pasos internacionales para evitar la fuga del líder de la comunidad "Meditazen", con sede en el departamento Capayán.

El "Maestro Amor está siendo buscado intensamente en Córdoba -estaría todavía en las sierras- como presunto autor de cinco hechos de "abuso sexual con acceso carnal", cuatro de ellos agravados por ser el responsable de la educación de la víctima. La denuncia en su contra la radicó el miércoles de la semana pasada un joven de 21 años, cordobés, que formó parte de su comunidad y que asegura que entre 2002 y 2006, entre los 14 y los 18 años, Ocampo abusó de él aprovechando su situación de preeminencia como líder espiritual y principal educador.

El fiscal a cargo del caso ordenó el allanamiento de cuatro propiedades que "Meditazen" posee en Capayán y en esta ciudad, y posteriormente en el Hostal Colonia Serrano, ubicado en Bialet Massé, en el Valle de Punilla, en Córdoba, donde el gurú dictaba un seminario sobre "Inteligencia emocional familiar". En ninguno de los casos pudo detenerse a Ocampo, ya que tras los procedimientos de Catamarca fue alertado por sus seguidores.

Quince minutos antes de que la Policía de Córdoba llegara al hostal serrano el acusado habría sido sacado de incógnito en el interior de un vehículo por parte de un conocido empresario de Córdoba. En su huida Ocampo dejó su camioneta Toyota Hilux, los documentos personales y prendas de vestir, entre otras pertenencias. Sin embargo, el pasado 29 de abril, representantes de "Meditazen" aseguraron que el "Maestro Amor" no está prófugo, aunque contradictoriamente revelaron que está preparando su defensa con sus abogados, para presentarse espontáneamente ante la Justicia.

No acudió a Rosario

Tiene tantos apodos como capacidad para hacerse humo. Ricardo Javier Ocampo, un riojano de 34 años, es conocido por sus seguidores como Maestro Amor, Ananda Baba, "El niño sanador", capacitador y coaching de inteligencia emocional, entrenador de tai-chi, creador y guía espiritual de una comunidad abierta en Catamarca. Pero desde el 28 de abril, más que por todo ese currículum, a este gurú se lo conoce por el pedido de captura nacional e internacional que pesa sobre sus espaldas y su condición de prófugo. Este hombre, acusado de haber cometido cinco abusos sexuales contra un menor que hoy tiene 21 años, tenía previsto realizar dos actividades en Rosario. Una en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y otra en el camping de los no docentes de la UNR (Apur). Ambas fueron suspendidas, según informa Noticias de Santa Fe.

Las invitaciones circularon por la ciudad a través de la web. Incluían un teléfono fijo, un celular y un mail del Grupo Rosario Inteligencia Emocional, donde se podía pedir información y realizar la inscripción a las dos actividades. La Capital dialogó con una mujer que no se identificó pero evacuó las dudas. Desde el 4 al 8 de mayo (después se reprogramaron), el Maestro Amor ofrecería dos conferencias públicas gratuitas, de 19 a 20.30, y un seminario de inteligencia emocional familiar con un costo a convenir, en la sede del Rectorado de la UNR, de Maipú 1065. Y, previamente, de 7 a 10, se desarrollarían clases de tai chi (arte marcial chino, de defensa y meditación) en el camping de Apur, de Belgrano entre Pellegrini y 27 de Febrero.

Tanto el rector de la UNR, Darío Maiorana, como el secretario general de Apur, Miguel Roldán, se enteraron de las actividades programadas por el maestro prófugo a través de este diario. En ambas entidades, la reserva de los espacios había sido realizada en abril por Adriana Mabel Zanoni a través de una nota. La mujer se presentó en la misiva como médica, oriunda de San Nicolás y con matrícula 61.659. La Capital intentó comunicarse con ella, pero se negó a hablar y sólo derivó la inquietud a un celular en Catamarca, que nunca contestó.

Desde la UNR dijeron que la mujer habría pagado por el Salón de los Espejos unos 700 pesos, en cambio, en Apur, aún no se había abonado suma alguna por el alquiler del predio. Las autoridades aseguraron que en las notas no figuraba que el Maestro Amor fuera el disertante, sino Ricardo Javier Ocampo. "¿Prófugo de la Justicia el tipo? No sabíamos nada...ya mismo averiguamos y suspendemos todo", dijo Roldán indignado.

Cómo fue la fuga del gurú

El Maestro Amor estaba en plena prédica en un hostal de Bialet Massé, a 45 kilómetros de la capital cordobesa, cuando un fiel se le acercó, le dijo un secreto al oído, se levantó, pidió disculpas al auditorio y se hizo humo. Así lo relató a este diario la jefa de personal del Hostal Colonial Serrano, Miriam Díaz de Namur. "Acá se alquilaron 30 habitaciones a 100 pesos cada una. Ayer (por el pasado 28 de abril) estaba dando la clase, pero en un momento hubo una interrupción. El hombre se levantó, dijo «hasta acá llegué, hay una denuncia sobre mí, me voy a entregar», partió y nunca regresó. La gente sigue acá haciendo tai chi, en un predio hermoso de 4 hectáreas de coníferas. Son personas de una devoción insospechada, imagínese que este hombre entraba y le tiraban pétalos de rosa", relató la mujer.

Lo cierto es que el Maestro Amor no se entregó. Según publicó el diario El Ancasti de Catamarca, a las 8.30 del 28 de abril, personal policial y judicial inició los allanamientos en las propiedades que el supuesto gurú, Ricardo Ocampo, posee en esa provincia. Al no encontrarse allí, el fiscal Miguel Mauvecín libró oficios a la Justicia cordobesa para que procediera a su detención por supuestos delitos sexuales que se habrían producido durante el 2005 y 2006. Pero cuando se allanó el hospedaje en Bialet Massé, el Maestro Amor ya se había dado a la fuga. Sólo quedó allí una camioneta Toyota Hilux, sus documentos, prendas de vestir y una veintena de devotos.

Se sospecha que habría sido advertido telefónicamente por los habitantes de la comunidad que dirige en Catamarca (Meditazen) en el mismo momento de los allanamientos. Sus mensajes, actividad y entrevistas pueden conocerse a través de su web oficial. En esa página, con estética entre naturalista y celestial, se puede leer que él asegura: "Yo soy amor" y promete unas transformaciones amorosas al "escuchar y poner en práctica su mensaje de vida".

¿Quién es en realidad este gurú?

"¿Quién es realmente este gurú?", es la pregunta que se hacen varios por estos días en referencia al Maestro Amor y que deberá investigar la Justicia. A través de su propia web se sabe que Ricardo Javier Ocampo nació el 28 de junio de 1974 en La Rioja. A los 6 años fue conocido en diversos medios como "El niño sanador" de su provincia. A los 26 comenzó a capacitar en inteligencia emocional ("una búsqueda de paz y éxito familiar a través del dominio de las emociones") a médicos, educadores, deportistas y líderes empresariales. "En general, gente con alto poder adquisitivo", según se destaca en la prensa catamarqueña. Y hace siete años creó la comunidad abierta Meditazen, en Miraflores (Catamarca).

Según explica el diario La Capital, entrado en kilos, Ocampo viste túnica blanca y dice que nació "con tres pétalos en el pupo", señal que lo identificaría como una especie de elegido, aunque él mismo ya se proclamó como "Dios". "Abandoné la escuela primaria porque, siendo quién soy, no necesitaba educación. Lo sé todo", declaró el gurú en una oportunidad, sin embargo bregó por la escolarización de sus pequeños fieles. Intentó crear una escuela bajo el proyecto "Emociones Sanitas", sobre el que el diputado catamarqueño del Frente Cívico Mario Perna solicitó dos pedidos de informe. En ese momento, una seguidora fiel del Maestro Amor e integrante del Inadi, Selva Zevallos, acusó al legislador de "discriminador".

El y sus discípulos sostienen que la comunidad se sustenta con la venta de libros, discos, pastas y panes saborizados. Pero se publicó que hay sospechas de que "él, el vicepresidente de su ONG y sus seguidores habrían estafado a un barrio con la idea de construirles un comedor". Y además, en la Fiscalía de Instrucción Nº 5 de Catamarca, a cargo de Juan Pablo Morales, se tramita una denuncia por usurpación de tierras radicada por la actual diputada justicialista Amalia Buenader.

Fuente: Info-RIES nº 131 (4/05/09).

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