domingo, 7 de diciembre de 2008

José María Contreras: “en nuestro sistema jurídico no cabe el concepto de secta”


El pasado 29 de noviembre tuvo lugar en Madrid un acto cultural organizado por la Federación para la Paz Universal, una institución dependiente del Movimiento de Unificación, fundado por el reverendo Sun Myung Moon. Se trató el tema tan recurrente de las minorías religiosas, y contó con la presencia del jurista José María Contreras, responsable actual del Gobierno español para los Asuntos Religiosos, y del periodista José Manuel Vidal, director del portal informativo Religión Digital, de quien tomamos esta crónica.

Es uno de los más prestigiosos teóricos de las relaciones Iglesia-Estado y lleva seis meses al frente de la dirección general de Confesiones religiosas (del Ministerio de Justicia). José María Contreras tiene muy claro que el papel del Estado en relación con las religiones debe ser “neutral”, pero en absoluto antirreligioso. Asegura, además, que “en nuestro sistema jurídico no cabe el concepto de secta” y se muestra partidario de las manifestaciones religiosas en el espacio público.

José María Contreras participaba en una conferencia-debate organizada por la Federación para la Paz Universal en Madrid, en la que también intervino el director de Religión Digital. En su disertación, la máxima autoridad en cuestiones religiosas del Gobierno socialista comenzó argumentando que nuestra Constitución recoge la libertad de pensamiento, creencias y religión como un derecho fundamental. Un derecho cuya titularidad “no detentan las iglesias, sino las personas”.

El marco legal y las sectas

De ahí se deriva, a su juicio, “la neutralidad del Estado” ante las confesiones religiosas. “El Estado no puede optar ni considerar que una creencias es mejor que otra. El Estado no puede tener creencias, porque las creencias son propias de las personas. Lo que tiene que hacer el Estado es garantizar que sus ciudadanos puedan tener esas creencias y manifestarlas”. Por lo tanto, “el Estado debe estar separado de las confesiones religiosas”, en cuya regulación no debe intervenir. Porque “el Estado no es competente para decir qué es religión o qué no lo es”. Eso, sí, el Estado “puede decir a quién reconoce como entidad religiosa o no”, al inscribirla en el consiguiente registro.

Consecuencia de esta doctrina es que “en nuestro sistema jurídico no cabe el concepto de secta, porque determinar qué es una secta sería adoptar una posición apriorística respecto a un grupo determinado. Y con los derechos fundamentales no cabe que la Administración actúe con métodos preventivos”. ¿Y si se trata de un grupo delictivo? “Eso tiene que determinarlo un juez”, explicó el profesor metido a político.

Buen conocedor, tanto teórico como práctico, de la situación sociorreligiosa española, José María Contreras asegura que “la sociedad española está cada vez más secularizada, pero, al mismo tiempo, se da en ella una intensa búsqueda religiosa”. Es decir, “se observa un resurgir de Dios”. A su juicio, esta búsqueda de Dios está abriendo el abanico religioso en España tiende. Y, de ahí, que “haya que eliminar los prejuicios hacia los grupos religiosos nuevos y, para eso, lo mejor es conocerlos”.

Preguntado por el lugar de la religión en la escuela pública, el director general se mostró partidario de “mantener la religión en la escuela, pero ampliando esa posibilidad a las demás religiones”. Al menos, mientras no se reformen los Acuerdos Iglesia-Estado, que conceden ese derecho a la Iglesia católica y “son de obligado cumplimiento”. Para José María Contreras, “lo lógico, en esta situación, es que los que quieran recibir enseñanza religiosa la reciban y los que no se puedan ir a sus casas. Porque el derecho de unos no puede conllevar una obligación para los otros”. Por último, el director general de relaciones con las confesiones religiosas se mostró abiertamente partidario de que “las manifestaciones públicas de las religiones puedan hacerse en el espacio público”.

La Iglesia de la Unificación, organizadora

En la Jornada, organizada por la Federación para la Paz Universal (dependiente de la Iglesia de la Unificación, también conocida como “secta Moon”), se celebraron otros dos paneles. Uno sobre “la actitud práctica de las religiones ante un posible futuro utópico”, en el que intervinieron el imán del Centro cultural islámico de Madrid, Maneir El Messery, y el “obispo” de Alcalá de Henares de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones), Faustino López Requena. Y otro sobre “las características de la sociedad utópica y el papel de la religión”, con las intervenciones de María José Arnáiz, profesora de arte y directora de Ars Sacra, y Enrique Sánchez Motos, presidente de la Asociación para la Defensa de la Libertad de Conciencia.

Tras analizar el término utopía, Enrique Sánchez Motos, uno de los máximos responsables de la Iglesia de la Unificación en España, aseguró que “la esencia de Dios es la alegría, no el amor, aunque la alegría y el amor están íntimamente unidos: sin amor es imposible la alegría, pero sin alegría no tiene sentido el amor”. A su juicio, “la historia de la religión es la de los esfuerzos de los seres humanos porque Dios nos reconozca como hijos y de Dios para lograr que los seres humanos lo reconozcan como Padre”. De ahí que las religiones hayan sido “el eje central de la historia humana”.

Sánchez Motos concluyó asegurando que la era de las religiones terminará cuando se instaure “la era de la fraternidad, centrada en el reconocimiento de que somos una sola familia, la familia de hijos e hijas de Dios”. Entonces, “la religión se dedicará a transmitir valores morales y éticos que nos enseñen a vivir en armonía”. Quedó así patente la doctrina escatológica propia de los seguidores del reverendo Moon.

Fuente: Info-RIES nº 109 (6/12/08).

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